¿Qué debes saber para triunfar en tu negocio?

Todos podemos trabajar por nuestra cuenta y riesgo, ser empresarios o dedicarnos a los negocios, dentro de los límites que establece la Ley.

Vivimos en una sociedad basada en la libertad del capital de riesgo. Cualquier persona que vea e identifique una necesidad humana, puede crear un producto o servicio para satisfacerla y ganar dinero en el proceso. Puede hacerse rica o irse a la bancarrota en el intento. Éste es el espíritu de los negocios en su estado más puro.

Historia:

Juan es un pintor muy competente, especialista en pintar fachadas de edificios, tiene 9 años trabajando como empleado en una empresa de reformas, pero ve que no hay un gran futuro para él como empleado, su sueldo no va a subir mucho más y dentro de esa empresa será siempre "sólo un empleado más".

Un día Juan se arma de valor, saca cuentas del dinero de que dispone y  decide hacerse autónomo para trabajar por su cuenta. Va a comenzar una nueva etapa en su vida. 

Con una parte de sus ahorros alquila un pequeño local en una calle poco transitada, encarga a una empresa de rotulación un cartel para el local, encarga a una imprenta tarjetas de presentación y las reparte entre sus amistades y conocidos, solicita una línea telefónica e instala un fax, compra un vehículo industrial y rotula las puertas con su nombre, compra los materiales y los equipos necesarios para poder realizar su trabajo.

Ya está instalado y listo para comenzar a trabajar.

Pasan varios días y no pasa nada, no hay más que un par de llamadas telefónicas inútiles, sólo curiosos, no hay visitas personales.

...no hay nada.

Juan está perplejo, parece que nadie se hubiese enterado de que él existe comercialmente y desea trabajar.

Pasan 4 semanas y sólo ha hecho seis pequeños trabajos y las facturas y recibos empiezan a llegarle.

Tras 3 meses de escaso trabajo con pérdida de dinero constante, Juan ya se pregunta si obró correctamente al comenzar una empresa en estos tiempos de crisis.

"Es que son tiempos duros..." le dice uno de sus amigos, "debiste quedarte en tu trabajo que al menos era algo seguro" le dice otro, "ésta es una época muy difícil..." le acota un tercero, "...es que no están las cosas como para inventar" le dice otro más.

Juan ve desesperado como mes tras mes sus ahorros se van agotando junto con sus sueños de independencia. Algo falla y no sabe qué hacer para lograr más y mejores encargos de trabajo.

Final A:

Al cabo de 8 meses a Juan se le ha agotado su capital y sus ilusiones. Con amargura se da cuenta que no le queda otra solución que volver a trabajar como empleado en una empresa ajena donde será "un empleado más" hasta que se jubile.

Final B:

Juan contacta a un asesor de publicidad y le describe sus dificultades para conseguir encargos.

Tras una entrevista y un minucioso análisis, el asesor le da a Juan su visión de la situación, las conclusiones pertinentes y un plan de acción a seguir para lograr resultados concretos.

Visión de la situación y su análisis:

Juan es un pintor profesional con mucha experiencia y muy competente, pero no es conocido como tal más que en la empresa donde trabajaba anteriormente, así que carece de imagen profesional.

Las personas que podrían contratarle, le ven como "otro aficionado más", uno de tantos chapuceros sin muchos conocimientos ni experiencia tratando de hacer cualquier trabajito. Y eso no les gusta.

En la ciudad donde vive y trabaja Juan, ya había 4 conocidas y prestigiosas empresas de reformas que ofrecían el mismo servicio de pintura de fachadas que ahora también ofrece Juan.

Todas las personas en esa ciudad considera que las empresas de reformas existentes trabajan muy bien pero sus precios son altos.

En esa ciudad acostumbran pintar para Navidad las fachadas de casas y edificios. En esos momentos falta un mes para la Navidad.

Plan de acción:

Juan encarga la creación de un logotipo que le da una imagen profesional.

Encarga nuevas tarjetas diseñadas con su nueva imagen.

Encarga volantes (flyers) diseñados con argumentos de bajos precios y gran calidad profesional, que se reparten en los buzones de todos los edificios y casas de la ciudad.

Publica un anuncio, con los mismos argumentos que el volante, en el periódico local ofreciendo sus servicios.

Contrata en la emisora local de radio, anuncios de 20 segundos.

Cambia el rótulo del local aplicando su nueva imagen.

Rotula con su logotipo el vehículo de trabajo, cubriendo completamente los laterales, el capó y la trasera.

Resultados:

Juan prácticamente ha agotado sus ahorros en pocos días, pero los resultados le indican que valió la pena: recibe muchas solicitudes de cotización por teléfono y fax, le visitan posibles clientes, competidores y curiosos.

...y lo más importante:

encargos de trabajo, muchos encargos, tantos que se ve precisado a contratar ayudantes para satisfacer la demanda creada. 

Sus ahorros pronto se verán recompensados con creces y él habrá logrado la independencia que deseaba.